Bio
Desde una temprana edad, el arte ha sido mi más fiel compañero y la pasión que ha guiado cada paso de mi vida. Desde que tengo memoria, me he sentido íntimamente conectada con la expresión creativa en todas sus formas. Cada trazo, cada color, cada forma ha sido para mí una puerta hacia un mundo de posibilidades infinitas.
A lo largo de los años, he explorado con entusiasmo diversas líneas y formas artísticas, dejando que mi imaginación vuele libremente y plasmando mis emociones en cada pieza. Ya sea a través del diversas obras de arte y esculturas, he encontrado en el arte una vía de comunicación única, capaz de trascender barreras y conmover almas.
Hoy en día, me siento afortunada de poder llamarme artista, de dedicar mi vida a crear belleza y despertar emociones a través de mis obras. Cada nuevo proyecto es un desafío y una oportunidad para crecer, para explorar territorios inexplorados y para compartir un pedacito de mi mundo interior con quienes se detienen a contemplar mis creaciones.
Soy Silvana Martínez, artista plástica colombiana nacida en 1995 en Valledupar, tierra de sensibilidad y arte. Desde mi infancia, el arte ha sido mi lenguaje más genuino: una forma silenciosa y poderosa de expresar aquello que las palabras no alcanzaban. Mis primeros trazos fueron también mis primeras verdades.
Tuve la fortuna de crecer en un entorno que impulsó mi creatividad. Mi familia —mis padres y mi hermano— ha sido un pilar esencial, dándome la libertad de crear y el respaldo emocional para dedicar mi vida a lo que verdaderamente me apasiona: la creación visual.
Aunque comencé formalmente mi camino artístico en 2012, mi vínculo con el arte trasciende fechas. He explorado múltiples técnicas y lenguajes visuales que me han llevado a construir un estilo propio, donde dialogan lo abstracto y lo figurativo, lo contemporáneo y lo ancestral. Me gusta experimentar con formas, texturas y materiales que inviten a ser observados, pero también sentidos.
Cada obra es un espacio abierto al descubrimiento. Trabajo desde la emoción y desde el instante, permitiendo que el proceso creativo fluya como un ejercicio de introspección. Me inspira lo cotidiano, lo invisible, lo que está en el límite de lo que sentimos y no siempre sabemos nombrar. Mi propósito es generar experiencias sensoriales que conecten con quien observa, que inviten a detenerse y a mirar de nuevo.
Hoy, el arte es más que mi oficio: es mi manera de estar en el mundo. A través de él, comparto lo que soy y construyo puentes con quienes también encuentran belleza en lo profundo, en lo irregular, en lo esencial.
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