Bio
Desde niño, el lápiz fue mi lengua, el trazo mi refugio, más allá de las reglas. Entre las sombras del aula, dibujaba el mundo como un espacio que me invitaba a habitarlo con formas que solo yo podía ver.
A los 21, la vida me impulsó a diseñar lo que mi mente ya había dibujado. Ascendí en la creación, buscando la perfección hasta convertirme en director de arte y creativo,
pero algo en mi ser sabía que el camino
no era el de ser más, sino el de ser auténtico.
A los 33, el descubrimiento fue una revelación
que cambió mi forma de ser, de existir:
El TDAH no era una limitación, sino una nueva luz que revelaba otra realidad, donde mi forma de ver, sentir y crear se desplegaba con libertad. No era ser más funcional, sino más profundo, más libre, más yo.
En mi búsqueda, expandí mi arte a la serigrafía, la fotografía, la ilustración digital,
la cerámica, el barro, y la pintura acrílica.
Cada medio es una conversación conmigo mismo, una manera de expresarme sin filtros, sin restricciones, solo siendo.
Así, mi camino es un viaje orgánico,
un proceso natural, fiel a mi mente,
una visión única y solitaria
que encuentra belleza en lo distinto,
en lo que se sale de la norma,
en lo que no pide permiso para existir.